No temas la perfección, no la alcanzarás. – Dalí

No temas la perfección, no la alcanzarás. – Dalí

Cuando eres es exigente y minucioso las cosas salen bien y  uno se queda con la satisfacción que proporciona un trabajo bien hecho.

Pero si esta manera de vivir las responsabilidades se convierte en una manera de ser acabamos siendo esclavos de nuestras obligaciones.  Y además nos acompaña la frustración de no llegar nunca a resolverlas como nos gustaría, como deberían estar.

Ya lo dice el refrán: «Quien mucho abarca, poco aprieta».

Intentar llegar a todo y además hacerlo de manera rígida y perfecta lo único que trae es tensión. No vas a llegar a todo y más si pretendes hacerlo perfecto.

Lo único que conseguirás por el camino es perder la sonrisa.

 

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